Horas y horas frente a un cuaderno en blanco,
Tentadora droga que no se inhala ni inyecta,
Por donde la mires, hermosa y perfecta,
De tinta sedienta y de buscar rimas estanco.
Y por quien más mi pluma osaría
Ser la espada en alto frente a los combates,
Sin antes probado su filo, disparates,
Solo son palabras, emociones que algún momento pensaría.
Lleno ahora estas líneas sin más que nudos
De la conciencia pura expresada en rimas,
Y que solo habría que soñarlas escalando cimas,
Para perdurar ante el olvido y de la muerte ser escudos.
Pero no dejan de ser lejanos sueños,
Que sumidas en una vida diaria apática,
Donde los miedos la condenan a la estatica,
Y se somete sin motivos a miserables dueños.
Espero simplemente no estar escribiendo mi testamento.,
Ni poniendo un punto final ni cerrando la novela,
Solo espero que por palabras el mundo desplegué una vela,
Y zarpe a nuevos mundo carentes de aburrimiento.
domingo, 30 de agosto de 2009
sábado, 29 de agosto de 2009
Preguntas
¿Vale la libertad de la vida
Encadenado a luchar por ella?
¿Es acaso ella tan bella
Que hasta aquella, más que amiga, dar por perdida?
¿Es acaso sobrevivir un don
Cuando el premio es la soledad?
¿O acaso morir carece de crueldad,
Pues es la liberación del espíritu como diría Platón?
Y más aun si un padre fuese arrebatado,
Y fuese él quien te invita a seguirlo.
¿Dejar solo a aquel que te consuela sin decirlo
O vivir por un recuerdo de felicidad arrebatado?
¿Será que caminar sin sendero
Cuando el camino no se ve de lo oscuro,
Prudente mas estar inmóvil mientras maduro
Esperando un día que olvida este sendero?
¿Es acaso el miedo, cual tirano,
Que debemos obedecer para vivir?
¿O plantarle frente y negarse a servir
Y saltar al barranco cuando su ley abandono?
Si ya estoy aquí que dará más,
¿Vivir o morir por un ideal?
¿Sentir la soledad cual si fuera real?
Si sonrío a diario, para que explicar lo demás.
Encadenado a luchar por ella?
¿Es acaso ella tan bella
Que hasta aquella, más que amiga, dar por perdida?
¿Es acaso sobrevivir un don
Cuando el premio es la soledad?
¿O acaso morir carece de crueldad,
Pues es la liberación del espíritu como diría Platón?
Y más aun si un padre fuese arrebatado,
Y fuese él quien te invita a seguirlo.
¿Dejar solo a aquel que te consuela sin decirlo
O vivir por un recuerdo de felicidad arrebatado?
¿Será que caminar sin sendero
Cuando el camino no se ve de lo oscuro,
Prudente mas estar inmóvil mientras maduro
Esperando un día que olvida este sendero?
¿Es acaso el miedo, cual tirano,
Que debemos obedecer para vivir?
¿O plantarle frente y negarse a servir
Y saltar al barranco cuando su ley abandono?
Si ya estoy aquí que dará más,
¿Vivir o morir por un ideal?
¿Sentir la soledad cual si fuera real?
Si sonrío a diario, para que explicar lo demás.
sábado, 22 de agosto de 2009
Invitación a caminar
¿Dónde me encuentro ahora?
¿Cuánto tiempo hace desde que yazco aquí?
Miro el cielo de nubes burlonas,
Mientras mi rostro suprime emociones,
Mientras mi mente olvida los recuerdos.
Ya mi nombre es un misterio,
Mis padres, mis amigos,
Entre niebla de espanto se perdieron,
Y los días que poco valen
Cuando la vida es ajena a uno.
¿Levantarme?, ¿para qué?
Es tan cómodo solo ser un espectador,
Tan cómodo dejar el tiempo morir
Junto al sol de cada día,
Y sus correspondientes lunas en las noches.
¿Por qué insistes?, ¿levantarme?
¿A dónde quieres ir, o volver?
¿Qué quieres hacer, o dejar de hacer?
No ves que todo está en paz,
Claro… solo lo que ves.
Pero ellos que no vemos,
No esperan nada de nosotros,
¿Cual entonces motivación es?
Si no hay esperanzas que alimentar,
Ni deseos que nuestros nombres lleven.
Está bien, ya estoy de pie,
Ni tu nombre preguntaré,
No entiendo porque caminar,
Si es dar la espalda siempre a alguien más,
Es olvidarte de algo que quedo atrás.
¿Qué hace más importante aquello en frente?
¿Qué te hace caminar?
Creo que volveré a dormir,
Voltearé y de nuevo me acostaré,
Y veré al tiempo pasar.
¿Qué es esto tras de mí?
¿Qué es este hermoso jardín?
Oye, voltea y mira esto.
Oh… ya desapareció.
Volví a quedarme solo.
Vaya, que iluso fui,
Quién diría que el estúpido caminar,
Aun sin ideales ni motivación,
Al voltear y mirar lo andado,
Vale más que mil años de inanición.
¿Cuánto tiempo hace desde que yazco aquí?
Miro el cielo de nubes burlonas,
Mientras mi rostro suprime emociones,
Mientras mi mente olvida los recuerdos.
Ya mi nombre es un misterio,
Mis padres, mis amigos,
Entre niebla de espanto se perdieron,
Y los días que poco valen
Cuando la vida es ajena a uno.
¿Levantarme?, ¿para qué?
Es tan cómodo solo ser un espectador,
Tan cómodo dejar el tiempo morir
Junto al sol de cada día,
Y sus correspondientes lunas en las noches.
¿Por qué insistes?, ¿levantarme?
¿A dónde quieres ir, o volver?
¿Qué quieres hacer, o dejar de hacer?
No ves que todo está en paz,
Claro… solo lo que ves.
Pero ellos que no vemos,
No esperan nada de nosotros,
¿Cual entonces motivación es?
Si no hay esperanzas que alimentar,
Ni deseos que nuestros nombres lleven.
Está bien, ya estoy de pie,
Ni tu nombre preguntaré,
No entiendo porque caminar,
Si es dar la espalda siempre a alguien más,
Es olvidarte de algo que quedo atrás.
¿Qué hace más importante aquello en frente?
¿Qué te hace caminar?
Creo que volveré a dormir,
Voltearé y de nuevo me acostaré,
Y veré al tiempo pasar.
¿Qué es esto tras de mí?
¿Qué es este hermoso jardín?
Oye, voltea y mira esto.
Oh… ya desapareció.
Volví a quedarme solo.
Vaya, que iluso fui,
Quién diría que el estúpido caminar,
Aun sin ideales ni motivación,
Al voltear y mirar lo andado,
Vale más que mil años de inanición.
miércoles, 19 de agosto de 2009
Ante preguntas
¿Vale la libertad en la vida
Encadenado a luchar por ella?
¿Es acaso ella tan bella
Que hasta la que amas dar por perdida?
¿Es acaso sobrevivir un don
Cuando el premio es la soledad?
O ¿acaso morir carece de crueldad?
Pues es la liberación del espíritu, como dijo Platón.
Y más aun si un padre fuese arrebatado,
Y fuese él quien te invitase a seguirlo,
Ante eso, ¿dejar solo a aquel que te consuela sin decirlo
O vivir día a día sufriendo por lo recordado?
¿Será que caminar sin un sendero
Cuando el camino no se ve de lo oscuro,
Prudente mas es estar inmóvil mientras maduro
Sin un día al que moriré mientras lo espero?
Pero si ya estoy aquí ¿Qué más?
Vivir o morir por un ideal,
Sentir la soledad cual si fuera real,
Si sonrío a diario, ¿para qué explicar lo demás?
Encadenado a luchar por ella?
¿Es acaso ella tan bella
Que hasta la que amas dar por perdida?
¿Es acaso sobrevivir un don
Cuando el premio es la soledad?
O ¿acaso morir carece de crueldad?
Pues es la liberación del espíritu, como dijo Platón.
Y más aun si un padre fuese arrebatado,
Y fuese él quien te invitase a seguirlo,
Ante eso, ¿dejar solo a aquel que te consuela sin decirlo
O vivir día a día sufriendo por lo recordado?
¿Será que caminar sin un sendero
Cuando el camino no se ve de lo oscuro,
Prudente mas es estar inmóvil mientras maduro
Sin un día al que moriré mientras lo espero?
Pero si ya estoy aquí ¿Qué más?
Vivir o morir por un ideal,
Sentir la soledad cual si fuera real,
Si sonrío a diario, ¿para qué explicar lo demás?
sábado, 15 de agosto de 2009
Tras el cristal llueve
Y afuera sigue lloviendo
Tras el cristal que me separa de la realidad,
Solo mis locos pensamientos podrán decir que es verdad,
Si aquello que imagino, o lo que estoy viendo.
Y empañados por el frio implacable,
Se nubla aquella barrera fantasmal,
Y estiro mi mano hacia aquel ideal,
Sentir a quien de afuera me mira inalcanzable.
Aquellas lagrimas de ángeles de vapor,
Con grises vestidos largos y hermosos,
Y de vez en cuando un grito tembloroso,
Que preludia una luz de estridente color.
¡Corran aquellos incautos de aquí!,
Ocúltense bajo cimientos y teman,
Que las agua tras el cristal queman,
Y borran las huellas del frenesí.
Dejen pasar todo aquello que ocurre fuera,
Que el llanto y la ira de los ángeles se irán,
Y las calles que ardieron cinco días con sus noches verán,
De nuevo en el cielo a la luna de luz austera.
Nada se puede hacer, olvida,
Los de afuera perecerán,
Y los que salen a entrar no volverán,
El agua hoy no es vida.
Guardo mi mano entonces,
Olvida el estúpido deseo de sentir,
Olvídate de la realidad y de vivir,
Solo llora, si quieres, junto a los ángeles,
Y deja a tu hermano afuera morir.
Tras el cristal que me separa de la realidad,
Solo mis locos pensamientos podrán decir que es verdad,
Si aquello que imagino, o lo que estoy viendo.
Y empañados por el frio implacable,
Se nubla aquella barrera fantasmal,
Y estiro mi mano hacia aquel ideal,
Sentir a quien de afuera me mira inalcanzable.
Aquellas lagrimas de ángeles de vapor,
Con grises vestidos largos y hermosos,
Y de vez en cuando un grito tembloroso,
Que preludia una luz de estridente color.
¡Corran aquellos incautos de aquí!,
Ocúltense bajo cimientos y teman,
Que las agua tras el cristal queman,
Y borran las huellas del frenesí.
Dejen pasar todo aquello que ocurre fuera,
Que el llanto y la ira de los ángeles se irán,
Y las calles que ardieron cinco días con sus noches verán,
De nuevo en el cielo a la luna de luz austera.
Nada se puede hacer, olvida,
Los de afuera perecerán,
Y los que salen a entrar no volverán,
El agua hoy no es vida.
Guardo mi mano entonces,
Olvida el estúpido deseo de sentir,
Olvídate de la realidad y de vivir,
Solo llora, si quieres, junto a los ángeles,
Y deja a tu hermano afuera morir.
jueves, 13 de agosto de 2009
Anuncian lluvia
Un cielo que desearía ver de azul profundo,
Y navegando estáticas incontables velas,
Está de solo oscuros rojos que anuncian,
Que las nubes se harán pedazos al caer al mundo.
Intranquilo de el incierto futuro,
Cuestioné lo que concluí apresurado,
Aquello que mis ojos me mostraban,
Pero solo logré estar más seguro.
Cuan complicado se vuelve lo planeado,
Pero aun no pierdo la fe en mi error,
Cual nunca he sido capaz de borrar,
Gracias a quien la duda ha instaurado.
Ahora déjenme simplemente volar,
Con el alma perdida en alternativas,
Cual mi imaginación construye y destruye,
Cual todos solo del futuro podemos soñar.
Y navegando estáticas incontables velas,
Está de solo oscuros rojos que anuncian,
Que las nubes se harán pedazos al caer al mundo.
Intranquilo de el incierto futuro,
Cuestioné lo que concluí apresurado,
Aquello que mis ojos me mostraban,
Pero solo logré estar más seguro.
Cuan complicado se vuelve lo planeado,
Pero aun no pierdo la fe en mi error,
Cual nunca he sido capaz de borrar,
Gracias a quien la duda ha instaurado.
Ahora déjenme simplemente volar,
Con el alma perdida en alternativas,
Cual mi imaginación construye y destruye,
Cual todos solo del futuro podemos soñar.
miércoles, 12 de agosto de 2009
Un cuento
Un testimonio incontable,
De un pasado reprochable,
Y maldito quien hable,
O escriba este cuento otra vez.
Por años siempre perdido,
Es sino misterio hundido,
Que perturba a quien ha sido,
Vivido desconociendo su propia identidad.
Y como el viento susurrante,
Solo soplare un poema hilarante,
Quizás a otros les suene delirante,
Y a otros pueda sumirlos en la tristeza.
Daré comienzo a este cuento,
Presten atención un momento,
Y créanme que no miento,
Por más que les parezca solo un invento.
De lánguidas palabras investidas,
Se viste un niño a escondidas,
En la intimidad de habitaciones idas,
Que hoy son recuerdos alegres en el frío.
Y tras doce regalos de papel,
En una fiesta, sobre un mantel,
Anunciando el final, un cartel,
Egresa a un mundo ajeno sin conocer.
Pero el fugaz pasado ya cobró,
Un espacio vacío quedó,
E imparable el tiempo se fugó,
Junto a razones y emociones del corazón.
Ahora seguir el tiempo que lejos va,
Alternativa de varar será,
Y a paso firme él seguirá,
Sin razones, ni emociones, más con voluntad.
Y comienza a surcar este mar,
Con un barco de rumbo al azar,
Condenado al eterno varar,
Sin una casa a la cual regresar.
Pero aun no acaba nuestro cuento,
Y espero no ser su aburrimiento,
Pero sin saber un último acontecimiento,
Ideas equivocadas serán vertidas en su opinión.
Entonces el niño sin pasado,
Que si bien no está ausente sino rezagado,
Construir de cero fue lo planeado,
De un mundo diferente al que estaba acostumbrado.
Y qué mundos serán sino diferentes,
A todos los que a su lado, indiferentes,
Mundos cerrados desde pequeños, intransigentes,
Aquel que lo juzga ahora, más él la atesora como experiencia.
Cuan rico será entonces el tesoro guardado,
Un tesoro de mil experiencias, nunca cerrado,
Y con una sonrisa doy por acabado,
Un cuento que olvide de quien está inspirado.
De un pasado reprochable,
Y maldito quien hable,
O escriba este cuento otra vez.
Por años siempre perdido,
Es sino misterio hundido,
Que perturba a quien ha sido,
Vivido desconociendo su propia identidad.
Y como el viento susurrante,
Solo soplare un poema hilarante,
Quizás a otros les suene delirante,
Y a otros pueda sumirlos en la tristeza.
Daré comienzo a este cuento,
Presten atención un momento,
Y créanme que no miento,
Por más que les parezca solo un invento.
De lánguidas palabras investidas,
Se viste un niño a escondidas,
En la intimidad de habitaciones idas,
Que hoy son recuerdos alegres en el frío.
Y tras doce regalos de papel,
En una fiesta, sobre un mantel,
Anunciando el final, un cartel,
Egresa a un mundo ajeno sin conocer.
Pero el fugaz pasado ya cobró,
Un espacio vacío quedó,
E imparable el tiempo se fugó,
Junto a razones y emociones del corazón.
Ahora seguir el tiempo que lejos va,
Alternativa de varar será,
Y a paso firme él seguirá,
Sin razones, ni emociones, más con voluntad.
Y comienza a surcar este mar,
Con un barco de rumbo al azar,
Condenado al eterno varar,
Sin una casa a la cual regresar.
Pero aun no acaba nuestro cuento,
Y espero no ser su aburrimiento,
Pero sin saber un último acontecimiento,
Ideas equivocadas serán vertidas en su opinión.
Entonces el niño sin pasado,
Que si bien no está ausente sino rezagado,
Construir de cero fue lo planeado,
De un mundo diferente al que estaba acostumbrado.
Y qué mundos serán sino diferentes,
A todos los que a su lado, indiferentes,
Mundos cerrados desde pequeños, intransigentes,
Aquel que lo juzga ahora, más él la atesora como experiencia.
Cuan rico será entonces el tesoro guardado,
Un tesoro de mil experiencias, nunca cerrado,
Y con una sonrisa doy por acabado,
Un cuento que olvide de quien está inspirado.
lunes, 10 de agosto de 2009
Muerto en combate
Frente a frente bajo miradas fulgurantes,
Sin pestañar ante centellas de emociones,
Sentidos que explotan sin que palabras menciones,
Mudos miran aquellos acciones declarantes.
Pero inmerso en la candente pelea,
El recuerdo del mundo es olvidado,
Ante cual no humano en el momento dado,
Solo un obstáculo que toda la atención emplea.
Y a la estrepitante velocidad del pensamiento,
No es la vista sino instinto lo que guía,
Y cual pura el arma siempre impía,
Todo se acaba exhausto de agotamiento.
De rodillas primero, luego la conciencia,
Y de a poco los sentidos ahora mueren,
Ensangrentado del pasado que ellos aludieren,
Enemigos ya no más, personas con decencia.
Las lágrimas de un muerto en combate,
Pasan siempre desapercibidas,
Enemigos por casualiadades de sus vidas,
Lloran también los vivos en el eterno debate.
Por ello juro a quien llora en noches, despierta,
Que sus lágrimas, gotas de agua en un desierto,
No colman la sed del árido suelo recubierto,
De sangre espesa y procedencia incierta.
Sin pestañar ante centellas de emociones,
Sentidos que explotan sin que palabras menciones,
Mudos miran aquellos acciones declarantes.
Pero inmerso en la candente pelea,
El recuerdo del mundo es olvidado,
Ante cual no humano en el momento dado,
Solo un obstáculo que toda la atención emplea.
Y a la estrepitante velocidad del pensamiento,
No es la vista sino instinto lo que guía,
Y cual pura el arma siempre impía,
Todo se acaba exhausto de agotamiento.
De rodillas primero, luego la conciencia,
Y de a poco los sentidos ahora mueren,
Ensangrentado del pasado que ellos aludieren,
Enemigos ya no más, personas con decencia.
Las lágrimas de un muerto en combate,
Pasan siempre desapercibidas,
Enemigos por casualiadades de sus vidas,
Lloran también los vivos en el eterno debate.
Por ello juro a quien llora en noches, despierta,
Que sus lágrimas, gotas de agua en un desierto,
No colman la sed del árido suelo recubierto,
De sangre espesa y procedencia incierta.
jueves, 6 de agosto de 2009
Por los olvidados
El olvido recordó
De todo aquello que aquejó,
De lo que tanto en tanto dejó,
Perdió, sufrió, olvidó.
Y la niebla entre arboles disipada,
En un claro de piedras y flores,
Silenciosas tumbas y torres,
Donde una lagrima es derramada.
Y por cuantos otros por el tiempo resecan,
Los adornos sin agua ni raíces donde una vez plantados,
De antiguos recuerdos ya suplantados,
Por pequeños que de ingenuidad pecan.
Pero lejos de todas las lápidas,
Bajo un árbol de todas sus hojas llorado,
Duerme aquel que de culpas varado,
Con un fusil buscó respuestas rápidas.
Pero así de perdido aquel cementerio,
Un vago recuerdo por los que ya se han ido,
Buscar en profundidades y lejanías os pido,
Todo a ustedes, todo a su criterio.
De todo aquello que aquejó,
De lo que tanto en tanto dejó,
Perdió, sufrió, olvidó.
Y la niebla entre arboles disipada,
En un claro de piedras y flores,
Silenciosas tumbas y torres,
Donde una lagrima es derramada.
Y por cuantos otros por el tiempo resecan,
Los adornos sin agua ni raíces donde una vez plantados,
De antiguos recuerdos ya suplantados,
Por pequeños que de ingenuidad pecan.
Pero lejos de todas las lápidas,
Bajo un árbol de todas sus hojas llorado,
Duerme aquel que de culpas varado,
Con un fusil buscó respuestas rápidas.
Pero así de perdido aquel cementerio,
Un vago recuerdo por los que ya se han ido,
Buscar en profundidades y lejanías os pido,
Todo a ustedes, todo a su criterio.
miércoles, 5 de agosto de 2009
Verdad escondida
Pulir una gema,
De la cual su brillo esconde
Aquella máscara que no responde,
Cuando se crema.
Y el resplandor incandescente,
A carne viva expuesta,
Y nos da aquella respuesta,
Que la máscara, callo, intransigente.
Cual verdad eternamente hundida,
Perdida en bosques interminables de mentiras,
Que no mienten, si la máscara no retiras,
Eternamente por ella perdida.
Pero ahora me arrepiento de lo hecho,
Cual verdad mentira ajena a cualquier otra verdad,
Sin otra gema que pulir no es libertad,
Sino cadenas, ensangrentado tu derecho.
De la cual su brillo esconde
Aquella máscara que no responde,
Cuando se crema.
Y el resplandor incandescente,
A carne viva expuesta,
Y nos da aquella respuesta,
Que la máscara, callo, intransigente.
Cual verdad eternamente hundida,
Perdida en bosques interminables de mentiras,
Que no mienten, si la máscara no retiras,
Eternamente por ella perdida.
Pero ahora me arrepiento de lo hecho,
Cual verdad mentira ajena a cualquier otra verdad,
Sin otra gema que pulir no es libertad,
Sino cadenas, ensangrentado tu derecho.
lunes, 3 de agosto de 2009
Emociones ausentes
Cuando tenemos por las venas,
Corriendo incansable sentimientos incautos,
Intraducibles tanto en escritos como cantos,
Soledad que la vida, tu envenenas.
Así de negro bajo días grises,
Con un sol que mi cuerpo entumece,
Y una triste melodía mi alma mece,
Tú, sueño de las posibilidades, me entristeces.
Así trafico emociones agónicas,
Tanto que pagase por alejarlas un minuto,
Aun cuan si como humano quedase diminuto,
¡Fuera emociones, tristes, alegres, hedónicas!
-----silencio-----
Cual realidad veo ahora tras mis ojos,
Cual soledad más que palabras implique,
Cual pasado que me hubiese enviado a pique,
Sino que solo por nuestras emociones cojos.
Que sería de quien mi realidad ahora viese,
Cual sufrimientos no es más que de un momento,
Cual risa no más que dientes más no contento,
Qué ocurre que sin colores atardecer no me entristece.
Me preguntas ahora ¿Qué qué es lo que te digo?
Pues nada más de lo que sientes,
Por aun cuando por emociones me mientes,
La realidad es lo que siento cuando estoy contigo.
Corriendo incansable sentimientos incautos,
Intraducibles tanto en escritos como cantos,
Soledad que la vida, tu envenenas.
Así de negro bajo días grises,
Con un sol que mi cuerpo entumece,
Y una triste melodía mi alma mece,
Tú, sueño de las posibilidades, me entristeces.
Así trafico emociones agónicas,
Tanto que pagase por alejarlas un minuto,
Aun cuan si como humano quedase diminuto,
¡Fuera emociones, tristes, alegres, hedónicas!
-----silencio-----
Cual realidad veo ahora tras mis ojos,
Cual soledad más que palabras implique,
Cual pasado que me hubiese enviado a pique,
Sino que solo por nuestras emociones cojos.
Que sería de quien mi realidad ahora viese,
Cual sufrimientos no es más que de un momento,
Cual risa no más que dientes más no contento,
Qué ocurre que sin colores atardecer no me entristece.
Me preguntas ahora ¿Qué qué es lo que te digo?
Pues nada más de lo que sientes,
Por aun cuando por emociones me mientes,
La realidad es lo que siento cuando estoy contigo.
sábado, 1 de agosto de 2009
Perdido
Caminé por parajes ajenos de recuerdos,
Enigmáticos senderos se cruzaban unos con otros,
Perdiéndose en lejanos e inhóspitos lugares oscos,
Lúgubres para quien a ellos visita sin destino, con suerte cuerdo.
Como caminante de largos caminos,
Perdido en la densa espesura de algún bosque,
Donde las sombras nublan su mente, en mano un estoque,
Y en los ojos lagrimas de alguien ausente y perdido.
Como capitán cual brújula extraviada,
En los confines de un mundo de procedencia extraña,
Cobardemente escapa de los secretos que entraña,
Miedo a quien o que los resguarda.
Como cantante en garras de opresores,
Condenado a confesar mentiras de acordes,
Y melodías entonadas con el vaivén del orden,
Y dedos encadenados a cadenas de cobre.
Como poetas de público ausente,
Con rimas añejadas en papeles inaudibles,
Sentimientos que conspiran ya contra quien escribe,
Y personas que enmudecen ante palabras permanentes.
Enigmáticos senderos se cruzaban unos con otros,
Perdiéndose en lejanos e inhóspitos lugares oscos,
Lúgubres para quien a ellos visita sin destino, con suerte cuerdo.
Como caminante de largos caminos,
Perdido en la densa espesura de algún bosque,
Donde las sombras nublan su mente, en mano un estoque,
Y en los ojos lagrimas de alguien ausente y perdido.
Como capitán cual brújula extraviada,
En los confines de un mundo de procedencia extraña,
Cobardemente escapa de los secretos que entraña,
Miedo a quien o que los resguarda.
Como cantante en garras de opresores,
Condenado a confesar mentiras de acordes,
Y melodías entonadas con el vaivén del orden,
Y dedos encadenados a cadenas de cobre.
Como poetas de público ausente,
Con rimas añejadas en papeles inaudibles,
Sentimientos que conspiran ya contra quien escribe,
Y personas que enmudecen ante palabras permanentes.
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