martes, 23 de febrero de 2010

Incendio

Para quien lo encuentre esto escribo,
Para quien igual que yo perdido,
No termine como yo consumido,
En este lugar que como mi tumba percibo.

Yo estaba bastante lejos, dormido,
Cuando comienza un humo asfixiante,
Y como en un mal sueño de algún delirante,
Una fuerte briza aviva el fuego encendido.

Huir corriendo fue lo único ocurrido,
Mientras el camino era por brasas abrazado,
Y el humo tenía todo mi cuerpo diezmado,
Y a cada brisa mi tiempo veía disminuido.

Corrí veloz por el bosque encendido,
Este bosque hecho de drogas y toxinas,
Que rápidamente se vuelve brasas asesinas,
Junto con el fuego que crece con cada brisa.

Mi osada carrera culmina estrepitantemente,
Aquí donde escribo mientras me calcino lentamente,
Sufriendo plasmo mi largo lamento tristemente,
Muero aquí solo pero él lo hace voluntariamente.

lunes, 22 de febrero de 2010

Rescatado del océano

Frías brisas soplan fuerte,
Sobre entidades humanas inertes,
Y omnipotente sobre ellos la muerte,
Se alza con sus alas negras hermosas.

Y así, de brillos negras el suelo rebosa,
Y los fuertes vientos su sonrisa esboza,
Sobre muertos levantándose en una imagen escabrosa,
Cuando la muerte sobre una roca canta.

Mientras yo escondido ya nada me espanta,
Cuestionándome sobre dioses, santos y santas.
Alguien por la espalada me cubre con una manta,
Y el pálido sol del atardecer escapa de mi vista.

Cuando vuelvo a ver la muerte esta lista,
Sobre cadáveres yo flotaba, ausente de toda pista,
Los indicios no aparecen no importa cuánto insista,
Mi futuro como lo viera era incierto.

Y aunque sueño parezca yo no despierto,
Escapar me es imposible, por más que esfuerzo invierto,
El miedo me invade cuando por las alas soy cubierto,
Un grito al cielo lanzo sin obtener lo que espero.

Entonces de los cadáveres por fin me libero,
Mientras soy elevado por los aires despertar persevero,
Pero soy devorado por quien me tiene prisionero,
Y dentro de su estomago soy llevado lejos, muy lejos.

sábado, 20 de febrero de 2010

Océanos

Cuando la conciencia está perdida
En los más profundos océanos imbuida,
Océanos de los más diversos colores,
Azules, rojos, negros, verdes y olivas.

De los azules bien los conocemos,
Cuando al horizonte cielo y mar vemos,
Y que sabiendo que los colores son solo reflejos
Los sentimos reales mientras eso no pensemos.

Los de verde son cada vez más escasos,
Pero en estas palabras les hago repaso,
Cuando entre los bosques me encuentro soñando,
Mientras el cuerpo solo cemento da sus pasos.

El negro es de todos parte y profundo,
Son las sombras, la noche, la duda del mundo,
Lo que se esconde bajo océanos y bosques,
Y negarlo sería el error más rotundo.

Y los de olivas, color extraño y singular,
Sus océanos son parte solo del soñar,
Irreal como los sueños o ideales,
Más brilla imponente como si fuese real.