domingo, 27 de septiembre de 2009

Hogar en soledad

Donde aquel mal menor,
Cual se sume en las mismas sombras
Para vestir negra túnicas,
Pálidas y mórbidas,
Que acrecientan cual fúnebre carruaje,
Que tirado por dos caballos feroces,
Uno Miedo,
Y el otro Voces,
Que pisan sin misericordia
Los sueños bajo sus cascos metálicos,
Y no importando quien tire esas riendas de discordia
Nada evitara que se haga presente.

Porque por menor que se nombre,
Ausente de toda figura, de todo hombre,
Cual es mínimo segundo ciertos días,
De ocho a seis, siempre olvidas,
Es en tu hogar cual tormenta de nubes grises,
Caída la noche y apagadas las voces.
Ahí al único que no viste, y nada distes,
Cobra implacable,
Cada segundo memorable,
Cada palabra difamable,
La soledad cobra un razonamiento.
Cobra sueños y tus momentos.

jueves, 24 de septiembre de 2009

La tenacidad de la sangre

Cuan tenaz la sangre,
Que tras venas alejadas del sol,
Tras desgarrados músculos,
Corre incansable mientras el cuerpo palidece,
Se estremece,
Perece.

Tenaz como una bala perdida,
Cual cobra cual precio impagable,
Cual roba lágrimas y llantos desolados,
Acallado todo por la furia del combate,
Cual ira que late
En una noche de luna vestida color mate.

Tenaz como cual maldición
Con fecha de ejecución,
Llevada desde quien en su vientre,
Al niño entrega inocente,
Más no carente,
Del destino marcado en la frente.

Tenaz cual de negro viste siempre,
Impartiendo con su hoz, la muerte,
Ya sean mujeres, niños u hombres,
Separándolos hasta su próxima sentencia,
Dejando recuerdos entre inconsciencia,
Arrancando de su insignificante rival, la ciencia.

Tenaz como la inmortalidad en hojas de papel,
Cual ido aquel lienzo y tinta,
Embarcándose en un barco de memorias,
Un barco que ninguna tormenta puede con él,
Que tiene por capitán y timonel,
Un alma de incomparable nivel.

¿Cuán tenaz la sangre es?
Tenaz como la respuesta que daré,
Pues cuan tenaz aquello que es,
Pues el hombre en sí y su creación,
Tanto el término que hago mención,
No son más que quien las ha creado, o quien escribe esta narración.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Máscaras

¿Cuántos no me dan la cara
Cuando miro frente a frente
Directo a los ojos de quien escapa?

Porque si bien aquel a quien miro,
No es quien sino una máscara,
De otras mascaras que no atisbo.

Déjame decirte un par de palabras,
Dime qué opinas no solo escuchando,
Sino sintiendo lo que se esconde tras mi habla.

La pobre mirada atenta de un niño,
Cual es más triste por no estar sola,
Fulminando a quien camina sobre el piso,
Que de las lágrimas de sus padres se forja.

La triste esencia de aquel que duerme,
Por la eternidad enterrado en recuerdos,
Que palabras no diría a aquel que quede,
Y cuantas otras que no oyen los muertos.

La injusta decisión que condena tu pasado,
Forjado por tus amigos y tú espacio,
Mas una mentira si quieres trabajo,
La mentira que día a día recorres despacio.

El indiferente semblante mientras me hablas,
Con palabras ciertas de una mentira,
Y tus ojos vidriosos ante mis palabras,
Que te hablan de una vida hecha trisas.

¿Cual mascara entonces es la que habla?
¿Con cuál lees estas líneas inconclusas?
¿Y a cual tocan y resuenan mis palabras?

¿Cual mascara pondrás tras leer mi relato?
Solo quiero que aprendas aquello que digo
Y pienses en quien eres aunque sea solo un rato.