Escucho día tras día,
segundo tras segundo,
que debo darme prisa,
que camino y no dudo.
aún cuando a veces yazco sólo,
y de canibalescos pensamientos yo me hago parte,
soy devorado por aquellas pálidas frases parlantes,
por el murmuro mudo y sordo.
Y tales locuras escucho,
que a mi del mundo muy lejos llevan,
mientras al tiempo lánguido dejan,
y me gritan todo en susurro.
Y cuando ya nada mas mis ojos,
impacientes y temerosos,
ven una mosca volando,
el tiempo sigue andando.
Y ya sea por ser los menos sabrosos,
o por estar contaminados, borrosos,
puedo salvarme de quedar en nada,
puedo escucharme no decir nada.
Y por fin cuando en silencio me siento,
veo que no he dejado el mundo,
veo que solo inspiré profundo,
y en verdad no existe tiempo alguno.
Y sin estar seguro de ello,
me levanto con gran sigilo,
miro el reloj sorprendido,
y creo por fin dar por hecho:
El tiempo corre,
también se agota.
El tiempo no importa,
este solo es tiempo,
si mientras pasa el tiempo,
también pienso, también siento,
también creo, también vivo,
también saludo y despido.
Me acongoja su comienzo, mas, su final me llena de esperanzas
ResponderEliminar¡INTERESANTE!
ResponderEliminarhttp://www.crecersindios.com/2010/09/estrella-de-arauco.html