viernes, 16 de julio de 2010

Mi simple deseo

Las remembranzas de añejados recuerdos,
Donde los pasos eran grandes barcazas,
Con tripulantes sonrientes de esperanzas,
Sin destino ni recursos cuerdos.

Viejas imágenes de inolvidables aventuras,
Que hoy navegamos seguros,
Ya más grandes y maduros,
Pero nunca más la mirada hacia las alturas.

Porque no tenemos miedo al porvenir,
Sino miedo a lo incierto,
A que hayamos salido de puerto,
Sin las armas a lo que veíamos venir.

Así siempre mirando en nuestros bolsillos,
Aun cuando metas construyamos,
Seguimos pensando en qué olvidamos,
Dejando la aventura como problemas sencillos.

Pero esperanzas tenemos por cierto,
De recuperar la osadía al porvenir,
De sin precauciones el barco construir,
Y zarpar sin mirar nuevamente a puerto.

Con eso dejo hecho mi pequeño velero,
Que forjado solo de deseos,
Espero tripulación y compañeros,
Y escribo mecido tan solo de mis recuerdos.

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