sábado, 3 de julio de 2010

Muero en mí mismo

Porque me hastío de leer
De todo aquello que escribo
Aquello que con orgullo vivo
Y odio lo escrito al ver
Que dejó hace mucho de ser
Aquello que me hace estremecer

Pero eso no lo mido
Y no importa cuánto pido
No escribo un cumplido
A alguien quien siempre olvido
Y ahora está podrido
Añejo de un tiempo deprimido

Sangro entonces entre palabras mías
Sentado entre miles de espinas
Al lado de una pluma errante
Despojada de volar como antes
De ver solo cimas
Y agonizar muda su vida

Y al final junto al cuerpo embalsamado
El viento nunca más ha soplado
La pluma entre espinas muere
Y el cadáver palabras muerde
Que saben cómo oxidados
Metales corroídos y olvidados.

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