lunes, 11 de enero de 2010

Salgan a un mundo

Porque aquí sentado me decidí,
Escuchando palabras de mudas canciones,
De someras situaciones,
Y verdaderas emociones.

Así esas palabras me motivaron,
Y escribirte fue necesario,
A todos ustedes que leen a diario,
Y que no creen aquello en el diario.

Y me es necesario decirles,
Que aquello que ahora pido,
Es quizás ser demasiado engreído,
Pero lo prefiero que dejarlo al olvido.

Lo primero es que vean al día,
Porque los libros que hablan de su belleza,
Ni el mejor escritor con su destreza,
Alcanza siquiera a tocar su grandeza.

Lo segundo es que abran sus ventanas,
Porque afuera juega el viento,
Invisible él vuela, no miento,
Y como prueba las hojas que vuelan de momento.

Lo tercero es que te apartes de mis palabras,
Y que vivas el mundo fuera de las letras,
Que sientas la calidez de los astros,
Y el frio de una brisa que tu pelo enreda.

Lo cuarto es que vivas,
Y por más amplio que esto parezca,
Implica actuar y hacer más que leer,
Más que siquiera creer
Más que incluso el solo soñar,
Es darle a esta vida algo que legar.

Y no se crean exentos de culpa,
Aquellos que el libro deja a un lado,
Que el arte quien no pide disculpa,
No es la realidad sino un legado,
Es aquello que de un hombre crece,
Pero que al alejarse del perece.

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