lunes, 4 de enero de 2010

El Fantasma

Que horrible es esa existencia,
De una criatura, un ser inmaterial,
Sin nada que escribir en su memorial,
Sin ser nadie ni antes de la sentencia.

Que aun con vida está muerto,
Quien ni por un nombre pronunciado,
Invisible en este largo y tedioso concierto,
Un ser que nadie en la sociedad ha notado.

Qué triste es ese caminar solitario,
Donde ni la oscuridad te abre los brazos,
Y el día es como noche en tu calvario,
Y se borran incluso tus empeñosos trazos.

Qué duro debe ser ser un fantasma,
Que hasta la luz a tu cuerpo ignora,
Que tu voz ni al silencio pasma,
Que tu existencia nadie corrobora.

Que incluso a la eternidad estés condenado,
Y quizás incluso a una piedra o lugar encadenado,
Incapaz de abandonar tu dolor, de morir,
Si ese es un futuro no quiero siquiera existir.

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