Un espejo que nada refleja
Una habitación que el polvo habita
Una cama que extraña el peso
De un cuerpo sin nada dentro
Una persona que ve al vacío
Un ocaso que se pierde de vista
Una luna que se olvida entre nubes
De una noche que llama la lluvia
Gotas que sangran del cielo
Calles a las que nadie respeta
Calles a las que todos pisan
Sin reconocer a sus habitantes de antaño
Una casa que rompe en llantos
Un ayer que nadie sentir merece
Una verdad a la que todos vuelven la espalda
Olvidándose de sí mismo y sus iguales.
Sebastián muy interesante tu poema. Te mandé un mensaje de texto en el que te avisaba que no habría taller literario en ARCIS.
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