jueves, 8 de octubre de 2009

Travesía a mi luz

Me he levantado con la espada en alto
Contra dragones de cabezas rojas,
Y una pata siempre en la cueva,
Incapaces de desplegar sus alas,
Y alzarse sobre todos los otros.

Me he levantado con la espada en alto
Contra manada de lobos hambrientos,
Que deseosos de aquellos de sangre azul,
Sus fauces están teñidas de rojo,
Y solo aúllan a la luna que surca los cielos.

Me he levantado con la espada en alto
Contra diminutos roedores,
Más temibles que sin mirar al cielo,
Devoran a cuanta ave ya agotada,
Se hunde en la tierra sin sustento por sus túneles.

Me he levantado con la espada en alto
Contra feroces tigres encadenados,
Que de tanto su tiempo en jaulas,
Hoy son mansos gatitos,
Que devoran la carne que otros dejan a su alcance.

Me he levantado con la espada en alto
Contra mi propia sombra,
Cuando doy la espalda a mi enemigo,
Y veo la sombra de la luz proyectada desde mi espalda,
Que por más lejana o abandonada ella sea,
Deseo alcanzar aun si tuviese que dejar mi espada.

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