martes, 17 de noviembre de 2009

Agotado

En días grises donde ya mis metas,
Son largas rutinas para mi mente,
Solo suspiros e ideas dementes,
La vida está sola y a pasos muerta.

La mente ahora es podrida nebulosa,
Y mi cuerpo cadáver que a ritmo respira,
Más con movimientos pero sin vida,
Sepultada lentamente esta noche tormentosa.

Y las alas ahora desplumadas,
Que en el pasado lejos me llevaban,
De frente al viento que álgido cantaba,
Ahora sangran siendo al piso clavadas.

Despierto entonces de mis lúgubres pesadillas,
A una realidad que sonríe acompañada,
Más solo por la soledad cortejada,
Que al cuello atado lleva dos campanillas.

Cual tortura más me olvida el frío,
Que tras los días al calor burla,
No es mi cuerpo, abstracción burda,
Sino mi espíritu pálido ahora atavío.

Y de esta forma mi cuerpo tiembla,
Camina junto al barranco en solitario,
Más no salta, mas no cae del calvario,
Ya no es miedo, ni a él se resembla.

No es apatía por que ahora siento,
Mas tampoco la ira, pues escucho al viento,
Quizás sea que solo cansado me encuentro,
Quizás son demasiadas las cosas en las que ahora pienso.

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