viernes, 10 de abril de 2009

Indiferencia

Hace pocos días conocí a un desafortunado vagabundo que vivía en un planeta lejano llamado Adous, lo encontré caminando a través de una cuidad a la que llegue por casualidad, y aun cuando nadie lo notaba, o si lo hacían lo ignoraban, por accidente chocamos y para disculparme le invite una comida.

El la rechazo, pero no con palabras, sino que tan solo se puso de pie y continuo su marcha, tendí a seguirlo, no se porque, quizás por que iba al puerto o quizás por nada tenia que hacer, ya que ese planeta era mas desolado que este y no me hubiera gustado quedarme en él. Era sorprendente como él no hablaba con nadie, no se detenía en frente de nada, sino que tan solo caminaba sin rumbo ni prisa. Lo seguí en silencio hasta que llegamos al puerto espacial, decidí llevarlo con migo, me dio lástima, por ello me adelante a él, le cogí de un brazo y lo arrastre hacia dentro del edificio central del puerto. El no opuso resistencia, por lo que pensé que así lo deseaba, compre 2 pasajes y nos subimos con destino a Simsa, la capital del sistema Atafe. Yo lo arrastraba como a un niño, que solo seguía a su madre sin oponer resistencia, pero sentía a su vez que no podía soltarlo. Busque un par de asientos desocupados y lo senté a mi lado y seguido a eso la nave partió en el completo silencio. A la hora de viaje no pude aguantar mas su indiferencia y me dirigí con tono desafiante a él, lo mire a los ojos y le pregunte reiteradas veces su nombre, planeta, edad, padres y lo que se me ocurriese preguntarle pero el no dijo palabra, debía sostenerle la cabeza para que me mirase, y cuando le soltaba, volvía a mirar al piso, con una mirada perdida, me parecía como si estuviese muerto, por lo que decidí ayudarlo, saque un cuchillo que estaba en mi bolsillo y me dispuse a matarlo, los pasajeros estaban tranquilos, nos ignoraban, acerqué el cuchillo al su cuello, y de pronto, como una brisa, otra mujer me sujeto de la muñeca, torciéndola, yo tendí a tirar el cuchillo, me levanto y me miro fijamente a los ojos, me ordeno que me fuese mientras con su otra mano sacaba una pistola apuntándome al estomago, me retire, no quería morir, tras eso saludo tiernamente al vagabundo, yo me aleje pero lo suficiente para escucharlos. Todo esto trascurrió en la mayor indiferencia, lo pasajeros no cambiaron su expresión, ni siquiera prestaron atención, todos seguían igual.

Ella se presento, se llamaba Shojo, era hermosa, mucho mas que yo, vestía humilde y desarreglada, con su cabellera, negra y lisa, suelta y desordenada, tenia 19 años. Esto no fue suficiente para sacarle palabra a mi compañero, aun con su tono alegre y amistoso. Se puso seria, en la misma posición del sujeto, y comenzó a hablar de su vida. Era una asesina, entrenada de pequeña ya a los 9 años cometió su primer asesinato, y que ahora sus manos manchadas de sangre estaban cansadas, no quería volver a matar y había desdió vagar de planeta en planeta, pero cuando lo vio no pudo evitar enamorarse de él. El sujeto no respondía a la mirada de la chica, ella continuo hablando, le contó sobre cada victima, las personas que conoció y las que la ayudaron, los múltiple lugares que había visitado, pero el no decía nada así como tampoco expresaba nada. Cuando terminó de hablar, le sujetó la cabeza, y lo beso en los labios por un largo rato, él pareció sorprendido, y cuando ella se retiro a su asiento el comenzó a hablar retomando su inexpresivo rostro.

“Soy Mako, hijo de Crístenes y Hotarubi, vivía en un planeta a 3 sistemas de aquí, mis padres fueron traicionados y asesinados por sus mejores amigos, y antes de que me matasen a mi también, tome una de las armas que mi padre guardaba en el ropero, y acabe con sus vidas. Tras ello yo solo me quede ahí, llorando, solo no podía proteger la casa, entonces vinieron otros hombres, y de apoco mi casa fue siendo saqueada, hasta que al final me echaron a mi también y comencé a vagar por el planeta, eso hace ya 15 años, tenia 5 en ese momento.”

Ella lo miraba con compasión, guardando silencio, yo no hubiera sabido que hacer, pero ella lo abraso y no dijeron nada hasta que llegamos a Simsa.

La nave aterrizó sin problemas, Shojo bajo a Mako de la mano, llevándolo muy apegado a ella, yo los seguí de lejos. Una vez abajo nos topamos con un mar de gente, Shojo lo llevo por la orilla haciendo espacio entre el tumulto, yo solo atiné a seguirlos. Ella iba feliz, sonriendo. Cuando llegaron a la puerta se dispusieron a cruzar, y de repente un hombre, si es que eso era, le corto la cabeza con una larga espada a Shojo, este sujeto era transparente como un fantasma, su rostro notaba una gran tristeza, incluso mas, estaba llorando, se volteo para mirar a Mako, se disculpo, dijo su nombre, Sivelis, y le contó que ella había lo había matado junto con su familia, y que para vengarse había entregado su alma a los infiernos, por lo que ahora debía pagar. Mako no cambio su expresión indiferente, tras esto unas cadenas comenzaron a atar al espíritu, y mientras este lloraba y gritaba, desapareció. La gente que por ese lugar estaba, pasaba caminando indiferente, como si nada hubiese pasado.

Yo no supe que hacer, me entro el pánico y corrí desesperadamente a comprar un pasaje al lugar mas lejano que partiese en ese mismo instante, tome la nave, pero antes de entrar, desde la puerta, volteé a mirar, mire a la salida, Mako iba caminando de la misma manera que lo encontré hacia fuera del lugar, Shojo tirada en el piso y unos pasos mas allá su cabeza, nadie recogió el cadáver, nadie se acercó a Mako mientras caminaba, todo quedo igual.

Una vez arriba de la nave comencé a llorar y llorar, hasta que me quede dormida y no desperté hasta que la nave aterrizó, cuando desperté baje un poco mas tranquila y me tope con usted.

-No te preocupes, no sufrirás más- Y una vez dicho esto le disparo al corazón y Rose cayo muerta. El asesino se fue sin derramar una lágrima ni voltear.

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