Ante las imágenes que inspira tú recuerdo,
Aquel que me mira entre bosques, solitario,
Abrumado de sus dudas y temores,
Aferrándose a palabras vacías, impotentes.
Porque aquel recuerdo inspirado en tu figura,
A contra luz y carente de detalles,
Las pequeñas sutilezas inconcebibles para mis ojos,
Que niegas, escondes, aplacas ante mi presencia.
Porque aquel bosque denso y silencioso,
Que se pudre reseco del descuido,
Donde el invierno implacable pone en jaque,
Donde el infierno toma color pálido a nieve.
Porque las palabras deseadas y negadas,
Que alejas de mí a cada paso caminado,
Que a cada uno, tres huyes de mi lado,
Solo pudiendo observarte volar lejos.
Yo lucho entonces por motivos carentes de razones,
Donde la razón carece de motivos,
Y donde a cada paso tres de alejas,
Y te aseguro que por una promesa todo daría,
Lo firmo a puño y letra de lágrimas,
Lo firmo a puño y letras de sangre.
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