lunes, 8 de junio de 2009

Mirando al horizonte

Porque cuando el sol
Se oculta tras mi lejano horizonte,
La noche que tanta compañía hace
Junto a la luna y las estrellas.

Comienza a oscurecer,
Reflejándose el día en las luces de mí calle,
Y las altas nubes nos visitan,
Pero nadie sabía, nadie preparó la casa.

Muchos duermen sin avistar
A los visitantes que me vienen a acompañar,
Sentado en la acera solo,
Ensimismado en mis propios pensamientos.

Otros muy tranquilos pasean,
Creen que todo está en orden,
Creen que todo está listo,
Sin ver la realidad fuera de sus ojos.

Otros preocupados se esconden,
Saben muy bien lo que pasa,
Pero incapaces de ayudar se sienten,
Incapaces por creerlo se sientan.

Otros tan apurados por los cambios,
Que olvidan a nuestro insólito huésped,
Quien se pasea por calles sombrías,
Quien se pasea por calles teñidas rojas.

Calles que habitan quienes sufren por ellas,
Calles que habitan la sed y el hambre,
Calles que habitan hombres, perros, gatos y ratas
Calles que no deben ser habitadas.

Porque nuestro huésped sin prejuicios
Pasea hasta por donde las luces no alcanzan,
Borrando de nuestra vista el lejano horizonte
Niebla que ciegos, mis amigos no ven
Ni el mundo al que viene a hospedar.

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