lunes, 29 de junio de 2009

Un largo camino

Porque he andado por tierras lejanas,
Y me he perdido desesperado en noches
Que ajenan aquello que al día,
Era propio, era mío.

Así he recorrido por altas montañas,
Donde sin compañía me he encaminado,
Donde piedras herían mis pies descalzos,
Donde nadie me escuchaba por más que gritase.

También viajé a profundas junglas,
Donde sin ver los rostros ocultos,
Tras la espesura, envueltos en sombras de día,
Temeroso de mi compañía y mis pasos dados.

Y por otras junglas pero más claras y frías,
Ciudades he visto, vivido y dejado,
Conocido musas, hermanos y ogros,
Zombis, demonios y cascarones vacíos.

Así he corrido huyendo de mi mismo,
Buscando a aquella que en sueños se insinúa,
Y a aquellos que la mano me tienden,
Sin conocer sus nombres, sin conocer sus rostros.

Pero sé que mucho desconozco,
Sé que temo volver,
Tanto a las junglas, montañas y ciudades,
Donde forjé mis zapatos y mis máscaras.

Pero sé que mucho desconozco,
Sé que temo conocer,
Aquellos rostros tras la espesura,
O las razones de las circunstancias en montañas o ciudades.

Pero sé que mucho desconozco,
Sé que temo escuchar,
De aquella palabras que estremecerían el alma,
De aquellos lo que no dijeron y un adiós.

Pero sé que mucho desconozco,
Y que a muchas cosas temo,
Pero ese temor es el mismo que me mueve,
Y me hace llorar noches enteras.

Me mueve por no querer soñarlo,
Porque tan difuso es aquel sueño,
Que mis ojos reclaman claridad,
Y prefiero caminar que morir en la oscuridad.

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