sábado, 27 de junio de 2009

Tu voz

Cuando espero deseoso

El romper este profundo silencio,

Que la orquesta enmudece,

Esperando escuchar tu voz.


Aquella que niega pronunciarse,

Y su presencia denegan tus labios.


Y me revuelco en un llanto,

Inaudible a través de las ventanas,

Que separa nuestras voces,

Y se opacan con el frío.


Y los cristales se humedecen,

Y lloran su propia impotencia.


Pero aun así creo fielmente,

Que tú sigues detrás de los cristales,

Y que por aquellos tú puedes entreverme,

Y venir a mi helada habitación,

Acompañarme en la profunda intimidad,

Y enseñarme la puerta de salida.

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